La máxima categoría de monoplazas de los Estados Unidos ha retrasado la introducción de los motores híbridos hasta 2023, en un esfuerzo por reducir los costos de los equipos y los fabricantes en una economía incierta.
Las unidades de potencia híbridas son parte de una extensión de contrato de varios años que IndyCar ha alcanzado con Honda y Chevrolet, que promete una continuación en la competencia entre fabricantes y también proporciona oportunidades para que otras marcas se unan a la IndyCar.
El nuevo sistema de motorización también ofrecerá un cambio con respecto a los arrancadores manuales tradicionales, lo que permitirá a los pilotos volver a prender el coche rápidamente en caso de que se quede parado en pista.
“Poder anunciar una extensión a largo plazo de varios años con nuestros dos grandes socios es fenomenal“, expresó en un anuncio el presidente de la IndyCar, Jay Frye.
Fuente: lat.motorsport.com