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Los directivos de la máxima categoría del automovilismo mundial ha suspendido temporalmente a varios empleados y ha reducido el salario a algunos jefes.
La Fórmula 1 se enfrenta a un colapso financiero en 2020 ante la posibilidad de percibir pocos ingresos o inclusive ninguno en caso de que la temporada se cancele por completo.
En ese sentido, si el número de grandes premios cae por debajo de 15, a las emisoras de tv habrá que reembolsarle una parte del pago por coberturas televisivas, mientras que se perderán las tarifas de hospedaje de las carreras canceladas.
La compañía también tendrá que continuar pagando sus costes de funcionamiento. En los resultados financieros del año pasado, la F1 declaró 350 millones de euros por esta partida (sin incluir los pagos a los equipos), de los cuales 135 figuran como “gastos de venta, generales y administrativos”.
El número de trabajadores ha aumentado significativamente desde la adquisición de Liberty Media a principios de 2017, con más de 400 personas en las oficina centrales de Londres o en las instalaciones de Biggin Hill en Kent, donde se dirigen las operaciones de TV.
Por este motivo, los directivos ya anunciaron que sufrirán un recorte salarial del 20%, mientras que el CEO de la empresa administradora del “Gran Circo”, Chase Carey, probablemente se aplique una reducción mayor de forma voluntaria.
De este modo, la propia F1 se une a los equipos McLaren, Williams y Racing Point al confirmar la suspensión de una parte de su personal y la reducción de salarios.
Fuente: lat.motorsport.com
