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Ott Tänak fue la referencia tras las especiales del viernes por la madrugada, pero una penalización por la potencia de su motor híbrido lo hizo caer al segundo lugar y la punta quedó en manos de Elfyn Evans.
El clima inicialmente ayudó a Ott Tänak en el inicio de la jornada neozelandesa, que veía cómo el estonio bajo la lluvia era el mejor y se escapaba en los primeros tramos. Sin embargo, cuando se empezó a secar tras el cese de las precipitaciones, quien pasaría al frente con un gran recuperación fue Sébastien Ogier que, de hecho, saltó del quinto al primer lugar en la general.
De todas maneras, las inclemencias climáticas se volvieron a presentar sobre la isla norte del país oceánico y eso le permitió al del Hyundai presionar más fuerte y, con un triunfo en la última especial de la jornada, recuperar la cima por apenas dos décimas de Evans y a 6s7 del múltiple campeón francés, que por una reducción de carga trasera tuvo problemas para terminar la jornada.
Hasta ahí todo era alegría para Tänak, Thierry Neuville y la gente de Hyundai. Sin embargo, pocas horas después del paso por la última especial, fueron citados por los comisarios de la prueba, que encontraron anomalías en los elementos híbridos de los motores en los i20N de ambos autos. Esto les había permitido liberar mayor potencia de la permitida el primer día (tramo ganado por el estonio) y, si bien los valores eran mínimos, aplicaron el reglamento y los penalizaron con cinco segundos a cada uno.
Estas sanciones no serán tenidas en cuenta al cierre de la etapa del viernes, pero sí en el inicio de la del sábado, por lo que por el momento quien oficialmente está adelante es Tänak pero esto provoca que Elfyn Evans lo supere ya que había quedado a solo dos décimas, pero el resto no quedó lo suficientemente cerca como para aprovechar dicha situación.
Fuente: Campeones
