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La victoria en el Safari Rally de Kenia de este fin de semana ha dejado una gran impresión en Sébastien Ogier, un resultado que ocupa un lugar destacado entre sus 58 triunfos en el Campeonato Mundial de Rally.
Los paisajes idílicos y la vida salvaje de África fueron el telón de fondo de algunas de las escenas más espectaculares de la historia del Safari Rally, en las que Ogier superó un obstáculo tras otro para terminar encabezando un 1-2-3-4 para el Toyota Gazoo Racing.
Fue, en palabras del propio Ogier, “un fin de semana infernal“, pero del que se sintió especialmente satisfecho por haber superado todas las dificultades.
“Fue un auténtico Safari Rally“, confirmó, “y creo que el espectáculo fue genial, y eso es lo que la gente quiere ver. Tuvimos la capacidad de presionar y marcar la diferencia 
cuando quisimos, pero también cada día nos vimos afectados por un par de problemas.
Voy a disfrutar de ésta y tardaré un poco en asimilarlo porque todos los elementos contra los que he tenido que luchar durante este rallye lo han hecho muy agotador, pero también es en la adversidad cuando más se disfruta de las victorias. Esta seguro que la cuento como buena y merecida, así que hoy soy un hombre muy feliz“.
Ogier admitió que su mayor susto llegó en el penúltimo tramo de la carrera, cuando una zona inevitable de espeso fesh-fesh elevó las temperaturas de los cuatro Toyota a cotas alarmantes, sometiendo a los motores de los GR Yaris a la prueba definitiva de resistencia y fiabilidad.
“Con esa sección de fesh-fesh honestamente no hay mucho que puedas hacer, tienes que pasar. Y entonces empezamos a tener este problema masivo de sobrecalentamiento cuando aún quedaba mucho tramo por recorrer“, relató el múltiple campeón francés.
Fuente y fotos: wrc.com
