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Ferrari completó su día de rodaje en Monza, por lo que Charles Leclerc estuvo con el F1-75 para que el equipo de televisión del equipo pudiera filmar anuncios, cuestión necesaria después de que el patrocinador Kaspersky fuera eliminado tras la invasión de Rusia a Ucrania.
Para poder realizar la actividad, la escudería de Maranello programó una jornada en Monza para proporcionar material promocional a los socios que apoyan al equipo. El piloto monegasco alternó tandas cortas con paradas largas para completar las 17 vueltas permitidas por la FIA, una distancia equivalente a 100 kilómetros.
Entre los curiosos que lograron evadir los controles del circuito corrió el rumor de que el coche rojo había sufrido problemas eléctricos con la unidad de potencia del 066/7, ya que el F1-75 se paró al final de la recta, justo antes de la Variante y luego no se reinició, sino que el auto fue retirado por los mecánicos hacia los boxes, pero esto se realizó como procedimiento ya que si Leclerc hubiera completado el giro de la última vuelta habría roto el límite de los 100 km.
Vale destacar que el circuito de Monza puso en marcha un sistema de blindaje completo de la pista para garantizar que la prueba de Ferrari se realizara efectivamente a puerta cerrada: cada camino, cada pasaje fue acordonado y vigilado por una seguridad muy diligente y atenta, bloqueando incluso zonas del parque que no forman parte de la pista.
Las novedades del coche rojo no se pudieron ver hasta ahora, aunque Charles utilizó un alerón trasero cargado, ciertamente no adecuado para las exigencias de alta velocidad de la pista italiana. Además, la prueba fue presenciada por un comisario de la FIA que tuvo la oportunidad de comprobar que el F1-75 cumplía con las normas del día de filmación, después de la polémica capciosa que habían suscitado un reclamo de McLaren y Red Bull tras las pruebas de neumáticos en Imola.
Fuente: lat.motorsport.ocm
