Porsche, la marca más exitosa en los 102 años de historia de las 24 Horas de Le Mans, esta vez dejó la prueba de La Sarthe con sentimientos encontrados, después de quedar a 15 segundos de sumar un 20° triunfo general a la cuenta.
El equipo alemán comenzó la legendaria competencia desde la tercera (auto N° 5), quinta (N° 4) y 21° (N° 6) posición, en el caso de este último fue enviado a la parte trasera de la grilla de la clase Hypercar por fallar los controles de peso posteriores a la clasificación.
Al volante del prototipo híbrido 963 Nº 5, Julien Andlauer, la «Revelación del Año» del Campeonato Mundial de Resistencia en 2024, se despachó rápidamente de los dos Cadillacs de la primera fila para tomar la punta en la primera vuelta, con Estre, en el prototipo nº 6 avanzando rápidamente hasta la 14ª colocación. Continuando con esa ofensiva, al final de la vuelta 23, este último se situaba segundo, y cuando Andlauer entró en boxes de nuevo, su compatriota francés se colocó al mando de la carrera.
Aunque la resistencia del Porsche n° 5 se desvaneció durante la noche debido a daños en los neumáticos y penalizaciones, lo que lo hizo descender en el clasificador, desde donde finalmente se recuperó hasta la sexta posición, el n° 6 se mantuvo en la pelea por la punta durante todo el recorrido gracias a una estrategia impecable y a las actuaciones estelares de sus tres pilotos. Estre, en particular, tuvo un rendimiento excepcional, con un registro total de 165 vueltas en pista, solo superado por el finalmmente ganador, Robert Kubica, con 166.
Al final, el tridente de la «fuerza alemana» terminó a solo 14,084 segundos de la victoria después de 24horas de carrera.
«Salir desde el fondo de la parrilla y luchar por el segundo puesto como equipo es algo de lo que estar orgullosos. Desde la segunda o tercera hora vimos que no teníamos el ritmo, pero nunca nos rendimos, luchamos con todas nuestras fuerzas, no cometimos errores y el coche funcionó bien sin problemas ni penalizaciones.
Intentamos presionar a Ferrari hasta el final y dividirlos al final fue una pequeña victoria, pero obviamente no era lo que queríamos. Fuimos a Le Mans a ganar —para nosotros, para Penske y para Porsche— y no lo conseguimos. Ya van dos veces seguidas, lo cual es un poco amargo. Tras terminar cuartos el año pasado, este año estábamos más cerca, pero aún lejos. Así son las cosas. Sin duda, hay mucha decepción, pero volveremos con más fuerza«, reconoció Estre.
Su compañero de equipo, Laurens Vanthoor se hizo eco de esos sentimientos también: «Fue doloroso estar tan cerca de hacer historia, pero también podemos estar orgullosos. Logramos más de lo que esperábamos después de los entrenamientos y la clasificación. Fue un auténtico sprint de 24 horas; cada vuelta parecía casi a toda velocidad.
Sabíamos que Ferrari sería el favorito, pero intentamos todo para hacerles la vida lo más difícil posible y, al final, creo que podemos decir que hicimos la carrera perfecta: sin errores, sin penalizaciones, sin contactos, sin salidas de pista, sin malas paradas en boxes y todo ello presionando constantemente al 100% para mantener el ritmo.
Todo salió a la perfección, lo que nos valió el segundo puesto, pero por otro lado, también es muy frustrante cuando haces una carrera perfecta y no ganas. Dolerá un tiempo haber estado tan cerca —prácticamente teníamos el trofeo más grande en una mano, una oportunidad que no se da todos los días—, pero podemos marcharnos sin ningún remordimiento y con la cabeza bien alta. Era todo lo que teníamos, pero desafortunadamente no fue suficiente para alcanzar el sueño de nuestra vida«, reflexionó el piloto belga.
Fuente y fotos: fiawec.com