Ott Tänak ha vuelto a ponerse al volante de un coche de rally, en este caso un Hyundai i20 R5 de la escuadra oficial.
El piloto estonio ha sido el primer piloto del WRC en regresar a la acción. Sin opción de probar su World Rally Car por la prohibición de test que han asumido las marcas por la crisis del Coronavirus. Tänak ha vuelto a ponerse a los mandos de un auto de rallies por primera vez desde el Rally de México, en una sesión de pruebas que tuvo lugar el pasado jueves cerca de Tallin, la ciudad capital en la que se encuentra la sede del equipo RedGrey.
Como esta estructura que le pertenece al actual campeón del mundo de rally y a Markko Martin, es el equipo encargado de gestionar los Hyundai i20 R5 con los que la marca compite en la categoría WRC2 del WRC, el monarca aprovechó esta circunstancia y sumó unos 100 kilómetros de pruebas en los que trabajó en diferentes configuraciones del sistema de suspensiones y de mapa motor. Una labor importante a la hora de optimizar el rendimiento de los i20 R5 con los que compiten en el certamen telonero del mundial de la especialidad, el noruego Ole Christian Veiby y el ruso Nikolay Gryazin.
Tras el test, el propio Tänak habló y restó importancia a este ensayo que ha servido poco más que para reactivar los músculos: “No fue nada importante, sólo algo de tiempo para rodar con el coche y pilotar. No hice mucho en el i20 R5, pero fue muy agradable pilotar y estoy bastante impresionado con su rendimiento. Como digo, la sensación fue principalmente la de satisfacción. Fue agradable estar de vuelta en un coche después de lo que ha sido el tiempo más largo lejos de un vehículo de rallies. Sin duda, esto ha hecho que quiera volver al trabajo, al trabajo de verdad“.
Fuente: motor.es
Fotos: Revista Scratch