A modo de banco de pruebas, el Dakar tiene, cada año en un formato específico, a los vehículos con propulsión alternativa con el fin de que se puedan enfrentar a las dunas de Arabia Saudita. Aunque el reto no es competición, se evalúa a pilotos y equipos en una distancia de unos 100 kilómetros al día.
Los competidores de “Mission 1000” tendrán el honor de dar el puntapié de salida del Dakar, puesto que marcarán el inicio del prólogo de AlUla, el 5 de enero. En la parrilla de salida, seis motos, cuatro autos y un camión estarán listos para escribir el futuro de la combustión sostenible.
El reto “Mission 1000” es ante todo una aventura para pilotos que se decanten por una propulsión alternativa, con el fin de mostrar el camino y, tal vez, incluso escribir el futuro de la disciplina.
Entre las seis motos inscriptas, las del equipo Tacita son herederas de un proyecto que viene de largo: la marca italiana inscribió ya en 2012 una moto eléctrica en el Merzouga Rally. Ahora se trata de una versión completamente revisada y mejorada. Sus diseñadores anuncian una autonomía de cerca de 300 kilómetros. Además, se confiará la moto a dos pilotos con experiencia: el francés Sylvain Espinasse, que ya se mostró dispuesto a todo cuando casi termina el Dakar 2016 con una 125cc, así como el italiano Oscar Polli, uno de los mejores pilotos en los años 2000. Willy Jobard también es bien conocido por su interés por los retos osados. El fabricante chino Artic Leopard lo ha fichado para gestionar el proyecto de tres motos de la marca en el Dakar 2024. En su 17º Dakar, el francés apuesta por el potencial de autonomía de más de 150 kilómetros, en teoría más que suficiente, pero también por la impresionante potencia de la moto para afrontar las dunas. El español Francisco Gómez, que ha sumado 8 ediciones del Dakar entre 2000 y 2018 (53º en 2006), lucirá, por su parte, los colores del Green Power Race Team.
Para enfrentarse a los terrenos que caracterizan al Dakar, el desafío técnico es igual de complejo, o incluso más, en cuatro ruedas. Sin embargo, cuatro coches están listos para encarar el reto. Uno de ellos es el de Jean-Michel Paulhe, que trabaja todo el año para Airbus Helicopters y que ha puesto sus competencias técnicas en pos de un UTV con un motor híbrido. Su vehículo combina un motor eléctrico y otro de combustión alimentado con bioetanol, un sistema concebido para lograr una reducción de un 90% de la huella de carbon, y probablemente con una autonomía de más de 200 km.
Además, se presenta otro SSV con el nombre en clave de HYSE-X1. Se marca el objetivo de una propulsión con hidrógeno ¡y nace de la asociación de los fabricantes japoneses Toyota, Honda, Kawazaki, Suzuki y Yamaha! La preparación del vehículo se ha llevado a cabo en los talleres de Jean-Marc Fortin (Overdrive Racing), buen conocedor de las victorias en el Dakar y que prefiere mostrarse prudente en sus primeros pasos en esta aventura.
Hablando de retos, no es de extrañar que surja el nombre de Camelia Liparoti, que se convertía en 2010 en la primera mujer que completaba el Dakar en quad. En esta ocasión, estará al volante de un tercer UTV diseñado en Estados Unidos, y también propulsado con hidrógeno. Un vehículo con el que ya ha participado ya en el Sonora Rally.
Por último, Jordi Juvanteny, en su 32º Dakar, sigue adelante con la moda del hidrógeno, en este caso con un camión Epsilon al que llama cariñosamente “The Beast”.
Fuente y fotos: dakar.com