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El DTM y el Super GT japonés han cerrado el acuerdo para la normativa “Class One” y compartirán dos citas en 2019.
Las conversaciones entre ambas categorías se han desarrollado desde 2014, con estas haciendo exhibiciones en los eventos de una y otra, después de que el campeonato alemán retrasara la introducción de nuevos motores y chasis hasta 2019, como parte del interés por la mencionada “Class One”.
El jefe del DTM, Gerhard Berger, ha estado bajo presión tras el anuncio de la salida de Mercedes a finales de 2018, con BMW y Audi aceptando un posible año de transición si no se encontraba un sustituto.
Berger y el presidente de GTA, Masaaki Bandoh, –titular del Super GT– han revelado que el DTM pasará a la nueva normativa en 2019 y que los japoneses seguirán una dirección similar un año después.
Además, los alemanes también pasarán a un motor turbo de dos litros y cuatro cilindros, sustituyendo a los V8, para aumentar unos 100 CV hasta los 620, haciendo que las velocidades máximas pasen los 290 km/h.
Otros cambios incluirán una carrocería rediseñada en la parte delantera del coche y un alerón trasero revisado, así como otras modificaciones aerodinámicas que se acercarán más a lo que es actual Super GT.
De esta manera, las mencionadas divisionales tendrán dos fechas conjuntas en 2019, una en Europa y otra en Asia, a pesar de que el Super GT no se situará completamente en la “Class One” hasta el 2020.
Las carreras se basarán en el reglamento deportivo del DTM, con dos pruebas sprint sin cambios de piloto y reabastecimiento de combustible, pero con una parada en boxes en la que se cambiarán los cuatro neumáticos.
Por último, y hasta que el GT japonés no adopte la modalidad “Class One”, las diversas máquinas se alinearán a través de una compensación de rendimiento “única”.
Fuente: motorsport.com
