A sus 50 años, Sébastien Loeb ha pilotado y probado en múltiples categorías de automovilismo de máximo nivel, pero confiesa que es en los rallies donde permanece su mayor pasión.
El rulo del sábado por la tarde del Rally de Montecarlo de este año acababa de empezar y los aficionados que se encontraban en la pasada de Saint-Léger-les-Mélèzes/La Bâtie-Neuve estaban anticipando la llegada de Takamoto Katsuta, que era el primero en la carretera.
Lo que no esperaban era el aterrizaje de un helicóptero en un campo en el lado opuesto al camino y, menos aún, ver bajar al ocho veces ganador del “Rally del Monte” y nueve veces campeón del WRC, Sébastien Loeb, y dirigirse al terraplén de montaña para unirse a ellos a presenciar el paso de los autos. De no haber sido por su estelar entrada, Loeb podría haberse confundido con cualquier otro aficionado a los rallies.
Sólo dos años antes, Loeb se había coronado como el ganador más veterano de un rally del WRC, con 47 años, en lo que pasará a la historia como uno de los mejores rallyes en Montecarlo.
En esta ocasión, sin embargo, Loeb tenía una agenda apretada y ya iba retrasado para otra carrera en la que competía esa misma tarde: el Trophée Andros. Pero no pudo resistirse a la atracción del WRC. Y, aunque no pudiera ponerse al volante, y sólo fuera durante 20 minutos, tenía que formar parte de su nicho mundialista.
“Es simplemente lo más cercano a mí. Los rallies son mi naturaleza“, reflexiona Loeb.
“No crecí entre karts y ya tenía 23 años cuando me senté por primera vez en un coche de competición. Evidentemente, se me da mejor improvisar que repetir.
En el circuito, pilotas por la misma curva una y otra vez. Tengo que trabajar mucho más y concentrarme mucho más para conseguir la máxima precisión [del coche].
En los rallies, se trabaja con las notas, los reglajes del coche, etcétera. Pero cuando estás pilotando apenas hay repetición, simplemente hay menos sistema y mucha más sensación“, agregó el francés.
No es de extrañar, por tanto, que sus mejores resultados fuera del WRC los haya conseguido también en carreras fuera de pistas. Pues apenas una semana antes de su fugaz visita al inicio de la temporada del WRC de este año, Loeb ocupaba el tercer escalón del podio en el Rally Dakar. Pero para un hombre acostumbrado a ganar, el tercer puesto no es suficiente. Ya lo ha hecho en otra ocasión. También hubo dos segundos puestos, pero el Dakar sigue siendo una asignatura pendiente: “Aunque ya no soy un jovencito, no me siento viejo. Al contrario: después de ocho participaciones con dos terceros y dos segundos puestos en el rally Dakar, sigo queriendo ganar“.
Fuente y foto: wrc.com