Pablo Morán cumplió con su misión de ganar en Entre Ríos para llegar al Gran Premio con chances de coronarse en la RC5. “Voy a pensar solamente en ganar. No tengo nada que perder”, admitió el tucumano.
Tras quedarse prácticamente con las manos vacías al abandonar en Malargüe cuando era el líder de la competencia, Pablo Morán sabía que en Entre Ríos jugaba su última carta para mantener aún bien latentes sus ilusiones de coronarse dentro de la Clase RC5 del Rally Argentino DIRECTV. Y en el llano, el tucumano cumplió con su misión de ganar, para llegar con chances al Gran Premio de Cruz del Eje (Córdoba).
“Cuando te va mal, se hace eterno el viaje de regreso, porque siempre uno va con todas las expectativas a cada carrera”, admitió Pablo, ya instalado en su Concepción natal y antes de resumir su actuación en suelo entrerriano, donde no todo comenzó de la mejor manera…
“La idea era ganar las dos etapas y obviamente la carrera. Pero el sábado el auto nos fallaba mucho en las curvas y se me hacía complicado salir rápido; teníamos un problema con la carburación. Por suerte el domingo lo solucionamos. Arrancamos bien ese día, ganando el primer tramo por bastante pese a que en un vado el auto se nos mojó y perdimos mucho tiempo. Después volvimos a perder en el sector del Autódromo de Concordia y ya veía complicado el hecho de ir por el triunfo porque se me habían escapado los de arriba. Hasta que en el tramo siguiente vi parado a Martín Maisonnave (que dominaba la prueba) y ahí sí dije que no se me podía escapar la victoria. Sin embargo, no me quería relajar porque también necesitaba sumar el máximo de puntos que entrega la etapa”, comentó.
Con este tercer éxito del año (el primero fuera de su provincia tras festejar en las citas de Tafí del Valle y Tucumán), Pablo cosechó buenos puntos para descontar en la tabla: “Me servía también estar en el podio por terminar arriba de Mauro Debasa y porque Adrián Sánchez había abandonado, aunque en realidad no descontaba casi nada de puntos respecto al líder Debasa”, sostuvo.
Morán sigue firme en el tercer lugar del certamen de la clase menor con 237 unidades, detrás de Debasa (286) y Sánchez (251), los tres pilotos que batallarán por la corona en el GP. “Estoy complicado porque yo tengo que ganar y esperar que a ellos les vaya mal. Pero voy a hacer lo máximo posible por llegar de la mejor manera. Son carreras de autos, me pasó varias veces de venir ganando con comodidad y quedarme, y más teniendo en cuenta que se viene una carrera tan exigente como el Gran Premio, con más kilómetros de recorrido”, reconoció.
Y agregó: “Voy a pensar solamente en ganar. No tengo nada que perder. A veces cuando corrés con ventaja, te relajás y te equivocás. Suele ser difícil manejar la presión. Yo seguro a la toalla no la pienso tirar. No hay nada asegurado. Lo único seguro es que será mi última fecha con este auto. Llevo cuatro años en la categoría, con varios parates es cierto, pero en el futuro quiero avanzar de divisional”.