El equipo italiano ha cumplido con todas las exigencias de la FIA y podrá concentrarse en mejorar el rendimiento de su Fórmula 1 durante los próximos dos meses.
El 22 de febrero presenta Ferrari su nuevo monoplaza para competir en la temporada 2018, pero una de las mayores preocupaciones de las escuderías en este punto del proceso ya ha quedado atrás.
Es así que la formación de Maranello pasó ayer viernes las pruebas de impacto exigidas por la FIA y sin las que es imposible competir en el campeonato de la “Máxima”.
Además, este año dichas pruebas son especialmente importantes, pues en ellas se incluye el Halo, que debe pasar su propio test. Para elsto, el chasis ha tenido que ser considerablemente reforzado, ya que la FIA exige que éste sea incluso más resistente que el propio Halo y los anclajes del mismo no sufran ni lo más mínimo ante un impacto.
Fuente: motor.es