Romain Grosjean admitió que se sintió completamente sobrepasado por la emoción al final de su prueba el pasado viernes, que marcó su vuelta arriba de un Fórmula 1 en casi cinco años.
El piloto francés hizo su última aparición con un F1 en el Gran Premio de Bahrein de 2020 cuando golpeó contra las barreras de seguridad en la primera vuelta de carrera, un incidente que hizo que se envolviera su monoplaza del equipo Haas en llamas y le dejó quemaduras en ambas manos.
Sin embargo, ahora el equipo estadounidense le dio la oportunidad de regresar esta semana a pista, como parte de un evento de Prueba de Auto Anterior (TPC) en el Circuito de Mugello, en Italia.
Grosjean salió al mojado trazado italiano con un casco diseñado por sus hijos que se había planeado usar en el Gran Premio de Abu Dhabi de 2020, en lo que sería su última carrera de F1 antes de quedarse sin contrato. No obstante, recién ahora pudo ser utilizado.
Al bajar del auto, el galo comentó: »Cinco años después de Bahrein, aquí estamos en Mugello. Muchísimas gracias a Haas F1 Team; ¡fue un día especial! Por supuesto, Gene Haas y Ayao Komatsu lo hicieron posible.
Fue un día lluvioso, pero como decimos en las bodas, boda lluviosa, feliz boda, así que fue un día lluvioso, feliz día. Al principio me sentí un poco ‘oxidado’, pero luego todo volvió a la normalidad. Incluso pude hacer una partida en parado, ¿y saben qué? Mi última salida desde parado fue en Bahrein 2020. ¡Esta vez salió mucho mejor!
Fue una oportunidad única poder ver a algunas de las personas que estuvieron en Australia 2016 [en el primer Gran Premio de Haas] y poder conducir la nueva generación de este auto. Fue fantástico. Estoy muy, muy agradecido. No tengo más palabras.
¡Me hicieron llorar al final del día! Mantuve la visera baja, pero en mi última vuelta, todos los de Ferrari, Red Bull, Pirelli y, por supuesto, Haas estaban allí, aplaudiendo y dándome una ovación. Era algo que esperaba en Abu Dhabi 2020, pero creo que hoy fue aún mejor».
Fuente y fotos: formula1.com