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Lewis Hamilton calificó su Gran Premio de Gran Bretaña como una “carrera difícil”, y admitió que su Ferrari había sido un “auto muy difícil de manejar” en la cambiante carrera de Silverstone.
Después de mostrar destellos de fortaleza durante el fin de semana de local, Hamilton largó desde el puesto 5 y, en la previa, sugirió que no perdería las esperanzas de un podio. De hecho, eso casi se hace realidad cuando se encontró en el cuarto lugar, persiguiendo a Nico Hulkenberg, quien terminó tercero.
Así entonces, y al dejar su análisis tras bajarse de su Ferrari, Hamilton dijo: «Fue una carrera difícil, no una gran carrera por mi parte. Hice lo mejor que pude.
Como se demostró, hubo muchos errores y las condiciones fueron muy complicadas, en un coche realmente muy difícil de manejar; a este auto no le gustan esas condiciones. No es ideal, pero al menos conseguimos algunos puntos«.
Cuando se le pidió que resumiera el final de su carrera, Hamilton explicó: “Los neumáticos [se estaban] desgastando, al auto no le gustan las curvas lentas, había mucho subviraje y comencé a dañar la parte delantera izquierda y luego simplemente no pude seguir el ritmo”.
Fuente y foto: formula1.com
