La formación estadounidense, que se disputa con Renault, Force India y McLaren la cuarta plaza del campeonato de constructores de la Fórmula 1, ya ha detenido el desarrollo de su VF-18.
Como es habitual en estas fechas, los equipos comienzan a desequilibrar la balanza del desarrollo hacia el coche de 2019, que comienza a tomar todo el protagonismo en el túnel de viento para poder afrontar con garantías una nueva campaña que, además, volverá a vivir modificaciones reglamentarias de considerable relevancia.
Por un lado se permitirá el uso de 5 kg. más de combustible, lo que obligará a realizar un rediseño del chasis. Por otro, se producirán importantes cambios en materia aerodinámica, especialmente en los alerones y en los conductos de refrigeración de los frenos, así que resulta vital estudiar cómo influirán dichos cambios en el monoplaza.
En los equipos con recursos limitados es habitual desarrollar el monoplazas del presente curso hasta el parón veraniego y, a partir de ahí, pasar a desarrollar exclusivamente el de la siguiente campaña, algo que ya hizo Sauber a finales de julio y que Haas ha imitado, tal como confirmó Gunther Steiner, máximo responsable deportivo de la escudería norteamericana.
Pero no obstante, si hay que señalar una razón como la clave del éxito de Haas, sin duda es su modelo, que prescinde de gastos superfluos y opta por minimizar costes y personal al máximo, adquiriendole a Ferrari todo lo que permite el reglamento que es casi la totalidad del auto, excepto el chasis y la aerodinámica.
Fuente: motor.es